La propuesta de Lileska parte de la
reflexión sobre los procesos de la reutilización y el reciclaje, procesos en la
actualidad en los que muchos artistas se inspiran para desarrollar su propuesta
artística, en el caso de Lileska más allá de un mero concepto es el mismo hecho
de tocar la obra, de poder apropiarse de los materiales con un uso determinado
y adecuarlos a una visión estética contemporánea, vinculando al espectador y
volviéndolo participe de la misma, dejando a un lado ese refrán de “Toque con
las manos y mire con los ojos”, en este caso la obra permite ser manipulada por
el espectador, convirtiéndose en un goce tanto táctil como visual.
Es arte para manipular, es color y
textura manipulada y manipulable, es una propuesta interactiva de apropiación
del hecho artístico como un hecho cotidiano, es reutilizar, reciclar, recuperar
y revalorar los objetos cotidianos ya usados.
Hilo, tela, recortes de
revistas, cestas plásticas, sacos de yute, botellas plásticas transparentes,
bolsas plásticas transparentes, pintura, carbón, tinta, pega, cabuyas : todos
tienen la misma importancia en mi trabajo para transformar lo denso y pesado
que algunos objetos puedan tener. Me apasiona andar en la calle y tomar
desechos para transformarlos. Son las cosas de la cotidianidad, y para mi
representan el lado vital y leve del individuo. “(En mi trabajo) uso el tipo de
cosas que botas en los mercados, en la calle, en las empresas, en tu casa–cosas
que son familiares, útiles. Al mismo tiempo siempre están gastadas, han pasado
por manos. También todos estos materiales de mercados, y especialmente los
sacos, son pesados pero visualmente parecen muy leves. En mi obra, los
materiales son simplemente el medio para un fin.
Lileska Díaz